En este 1º de mayo de 2020, queremos expresar nuestro dolor por tantas personas que han fallecido por esta pandemia y mostrar nuestra solidaridad con aquellos que han perdido a sus seres queridos en la soledad y en la distancia.

De la misma forma, queremos manifestar nuestro reconocimiento a tantas personas que de forma responsable y generosa “arriman el hombro”, conscientes que están arriesgando su salud y la de sus familias, para atendernos y cuidarnos a todos.

Esta Solidaridad que nos lleva a perder algo a cada uno de nosotros, para que todos ganen, tanto respecto de las generaciones presentes, como las futuras, es el fundamento de una Sociedad avanzada, que tiene en el centro de su acción la dignidad de las personas y el respeto al medio ambiente. Esta, es la Sociedad que reclama la Clase Trabajadora y por la que trabajamos desde los sindicatos.

Una vez que atajemos esta pandemia que no sabe de fronteras, debemos poner en marcha un ambicioso Plan de Choque Social para que nadie “se quede atrás”, al tiempo que fortalecemos la organización de la Clase Trabajadora para propiciar el cambio real de modelo social.


PLAN DE CHOQUE SOCIAL. MEDIDAS DE EMERGENCIA

Si nuestro país ya tenía unos índices de desigualdad y pobreza insoportables, ahora se sumarán los efectos de la caída del empleo. Por ese motivo, es necesario un programa de política económica que cargue la salida de la depresión en los beneficios cosechados estos últimos años por los grandes oligopolios, en la tributación de lo evadido a los paraísos fiscales y en la nacionalización de sectores estratégicos.

Es necesario poner por encima del interés privado el bien común. También es necesaria la reconstrucción del tejido productivo destruido en Aragón al calor de la globalización. En lo laboral, hay que dar certezas a la clase trabajadora estableciendo una renta vital mínima garantizada. Es preciso impulsar la negociación colectiva para reducir la precariedad.

Hay que terminar terminar con la temporalidad en la Administración Púbica, consolidando a los trabajadores temporales según marca la Directiva Europea

Amplias capas sociales están tomando  conciencia de la potencia del Estado Social: que puede pagar el “paro” a 920.000 autónomos al tiempo que les aplaza el pago de las cuotas a tres millones; que puede pagar el paro a dos millones de personas desempleadas en marzo y sumar otros cuatro millones más por ERTE en abril;  que puede inyectar liquidez al tejido productivo; que puede avalar a los que pagan alquileres y hasta puede implementar una Renta Básica para un millón de hogares, que afectará a tres millones de personas. La solidaridad como principal bien común se expresa a través de lo público, organizado para la mayoría social.


AHORA SÍ. OTRA SOCIEDAD ES MÁS QUE POSIBLE: ES NECESARIA.

La pandemia del COVID-19 marcará un antes y un después en todas las sociedades. Los consensos sobre los que se asentaba el capitalismo se están desquebrajando, a la par que se generan consensos nuevos: la necesidad de apostar por lo público frente a la ineficacia de lo privado (sanidad, servicios sociales, educación, transportes,…); la necesidad de apostar por la investigación y la innovación; la necesidad estratégica de apostar por lo próximo: la agricultura, la ganadería, la industria –deslocalizada en décadas anteriores en países con mano de obra hiperexplotada-; etc.

TOMEMOS EL CONTROL.

En nuestra mano está la posibilidad de impulsar esta tarea de transformación social y para ello, el sindicalismo se muestra como un instrumento poderoso y válido para organizar y movilizar al verdadero motor del cambio real: la clase trabajadora.

Desde las empresas, desde las Administraciones Públicas, en resumen, desde los centros de trabajos, la clase trabajadora puede empoderarse y marcar sus límites.


NO DEBEMOS PERDER ESTA OPORTUNIDAD DE CAMBIO.

La Intersindical de Trabajadoras/es de Aragón, compuesta actualmente por cinco sindicatos (Sindicato Ferroviario, SOMOS, STEA, STEPA y STOPEL) tiene su origen en la crisis financiera de 2008, concretamente desde la Plataforma ¡Que la crisis la paguen los ricos!, lema que se coreó durante las movilizaciones y huelgas generales de esos días. El objetivo recogido en ese eslogan fue hábilmente burlado por las élites internacionales, que tras 16 años de crecimiento económico traspasaron la “resaca” de más de tres lustros de “desenfreno” especulativo a la clase trabajadora, que sufrió recortes para que el Estado rescatara a la banca. La depresión económica, nuevamente se intentará cargar sobre las espaldas de los de abajo. Lo público y por ello las políticas desarrolladas desde el aparato estatal deben de ponerse al servicio de la mayoría social.

Esta crisis Global está dejando en evidencia las grietas del sistema y pone de relevancia la importancia de los trabajadores de todos los sectores y lo más importante, la necesidad que tenemos unos de otros.

Es el momento de salir reforzados de la pandemia, aunar esfuerzos para que nadie quede descolgado y redireccionar la sociedad hacia un sistema más autosuficiente, que se asiente en un mercado laboral fuerte, para superar entre todos esta y otras crisis venideras.

Ahora más que nunca, debemos escribir nuestra propia historia y no dejar que la escriban los de siempre. Tomemos el control.

¡ENTALTO  EL 1º DE MAYO !                                ¡ENTALTO LA CLASE OBRERA!